“Nunca hicimos una colecta pública y no creo que vayamos a necesitar hacer una”, subrayó Flavia Leal, quien advirtió sobre una publicación que estaba circulando en las redes sociales en la cual se convocaba a donar dinero para que Alberto Leal (hermano de Flavia) pudiera pagar una indemnización. “Esto nos preocupa porque probablemente se trata de una estafa; están usando el nombre de mi hermano y no queremos que la gente caiga”, agregó la mujer en entrevista con LA GACETA.
El 29 de diciembre de 2018 Gonzalo Torres Sosa subió al taxi de Leal en el cruce de avenidas Mate de Luna y Mitre y le pidió al chofer que lo llevara hasta San Luis y pasaje Cabildo, al sur de la capital. Al llegar a ese destino el pasajero habría intentado asaltar al conductor: lo habría golpeado para quitarle la recaudación. En ese contexto el taxista sacó su arma (era legítimo usuario) y le efectuó cinco disparos (tres proyectiles impactaron en una pierna, otro en el pie y el mortal en el pecho) a Torres Sosa, quien falleció. El hombre tenía una colostomía y estaba alcoholizado (la pericia marcó 2,5 de alcohol en sangre). Luego de haber acabado con la vida del supuesto asaltante, Leal huyó del lugar y luego se entregó a las autoridades.
En el juicio, que se realizó este año, el tribunal integrado por los jueces Luis Morales Lezica, Gustavo Romagnoli y Fabián Fradejas (votó en disidencia) condenó a Leal a 8 años de prisión por homicidio simple, como pedía el fiscal Daniel Marranzino. No ordenaron la prisión preventiva, por lo que Leal quedó libre hasta que la sentencia quedase firme.
Falsa colecta
“Él es mi amigo y compañero Alberto, quien se defendió de un robo y mató al ladrón. Ahora tiene que indemnizar a la esposa del ladrón con 3 millones de pesos y encima no sabe si va preso”, publicó un usuario de Facebook en un grupo del barrio Villa Urquiza. El posteo iba acompañado por una foto de Leal y por una convocatoria para una marcha realizada en febrero.
“Nos enteramos de esto por un amigo de mi hermano. Le explicamos que nosotros no estamos recaudando nada y que si en algún momento necesitamos algo, o salimos a marchar, soy yo la que avisa de todas esas cosas. Aquí hay alguien quiso lucrar con la situación haciéndose pasar por un amigo de mi hermano”, argumentó Flavia Leal.
La mujer explicó que en un momento ellos ofrecieron que el caso se cerrara mediante un juicio abreviado indemnizando a la familia de Torres Sosa, pero esa posibilidad se truncó porque no hubo acuerdo entre las familias. “En ese momento hablamos personalmente con algunos amigos y familiares que nos iban a ayudar a juntar el dinero; nunca lo pedimos públicamente y no creo que vayamos a recurrir a esa ayuda. Alberto será quien tendrá la última palabra y avisaremos nosotros si fuera necesario”, sostuvo. La publicación denunciada ya fue borrada de las redes.
Perspectivas
“Esto nos muestra dos cosas: por un lado el flagelo que existe sobre las estafas virtuales; por otro lado demuestra cómo una sentencia injusta puede fomentar que los estafadores se aprovechen de la empatía de la gente”, consideró el defensor de Leal, Patricio Char.
Sobre la segunda perspectiva, el abogado argumentó: “claramente este tipo de estafa solo puede existir usando la imagen de una persona como Leal, un hombre al que todo el mundo apoya por haber defendido su vida en un asalto. Todo el mundo, excepto dos jueces empatizó con él. Si él fuera un verdadero delincuente nadie estaría dispuesto a colaborar con una colecta que lleve su nombre”.
Char explicó que la sentencia condenatoria está siendo revisada en Casación y que esperan tener novedades antes de fin de año.
En el juicio, la defensa había planteado que Leal debía responder por el delito de exceso en la defensa. El Ministerio Público Fiscal, por su parte, sostuvo que la versión del taxista no era creíble. “En primer lugar estamos hablando de una persona que estaba sana y otra que tenía una colostomía y estaba alcoholizada. Torres Sosa no estaba armado y Leal sí. Su vida nunca estuvo en peligro y su reacción fue efectuarle cinco disparos cuando, según declaró, estaba escapando”, resumió Marranzino. El fiscal sostuvo que no se probó que haya existido una pelea y aclaró que en la acusación no pudieron probar que hayan existido otros agravantes, porque si no hubieran pedido una pena mayor para el taxista.